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18 mar 2009

Una edición esperada, aunque acotada

Sin el despliegue artístico de años anteriores, el tradicional festival reunió un limitado número de intérpretes preseleccionados, sumando como figuras a Santiago Feliú y Soledad Pastorutti.

El sábado, cerca de las 20, cuando comenzaba el festival, la lluvia sorpresivamente puso fin a la programación, que se había iniciado horas antes con distintas actividades. Con rapidez, los responsables de su organización dispusieron la continuidad para el domingo por la tarde.

La tormenta que se desató llegó tras el despliegue de danzas exhibido en el número de apertura de la edición 2009 del Encuentro de la Fe y la Historia.

Una jornada calurosa en horas de la tarde había acompañado el desarrollo de las diversas actividades previstas para enriquecer la fiesta folklórica en distintos espacios de la zona basilical.

Danza, muestras de arte, títeres y teatro, formaron parte de la agenda como anticipo del festival musical. Pero el mismo finalmente tuvo lugar el domingo, sobre el escenario levantado en la avenida Nuestra Señora de Luján, a la altura del Museo de Bellas Artes, y con frente a la Basílica Nacional.

De grandes dimensiones y con adecuada tecnología, el escenario fue sólido protagonista del domingo, a partir de las 18, cuando Juan Giordano, que actuó como conductor del Encuentro, comenzó a presentar a cada uno de los artistas participantes que, aclaró, surgieron de una preselección realizada en diciembre último.

Con centenares de sillas ocupadas y público rodeando el predio, la agenda de intérpretes sumó a Ana Cruz Bossio, Ballet Kiñewen y Ballet Kiku Falcione, la Agrupación Aukan, el Ballet Atay Maymará, Etno, el Ballet Horizontes Argentinos y de los Hermanos Vera, Destino Legüeros, Ballet Alborada, Andrés Caporale, Ballet Fortín Luján, Origen Luján, Ballet El Encuentro, Dúo de Guitarras, Ballet Fénix, Soledad Gotta y Ballet Agrupación Cultural Luján.

Como en otras ocasiones, el espectáculo también se hizo presente fuera del espacio de plateas. Provistos de sillas, alguna que otra mesita, el infaltable mate o gaseosas, y también algún bocado o sandwich para acortar las horas, la tradicional avenida se convirtió en una fiesta paralela a la que se desarrollaba frente a ellos, sobre el escenario levantado para cobijar los artistas.

Soledad volvió y venció nuevamente. Puso al público de pie con su entrega, elevando la temperatura del festival como ella sola lo logra. Supo sumar durante su show, una breve participación de Luciano Pereyra, con quien entonó una creación de Horacio Guaraní.

Dos números de atracción

Cerca de las 23, y ante una concurrencia que se extendió hasta un sector de la plaza Belgrano, subió a escena Santiago Feliú, cantautor cubano representante de La Nueva Trova, que como se explicó, llegó para poner el acento latinoamericano al Encuentro.

Acompañado sólo por su guitarra, de la que extrajo y sabe elaborar variadas ideas melódicas, y con su voz expresiva, se lanzó a regalar su poética, con la que incursiona en temas tales como la vida, el hombre, la historia, la guerra o el tiempo.

La intimidad del artista instaló otro clima en la fiesta, aún cuando el público sentado y ubicado frente al escenario siguió con evidente interés su actuación.

Cuando los relojes ya marcaban las 23, con una platea ya de pie ansiosa e innumerables jóvenes y adultos pegados al escenario esperando el festejo final, subió Soledad.

La cantante de Arequito una vez más dejó en claro que a diez años de su despertar popular su vigencia está intacta, exhibiendo toda su magia y energía.

Como es habitual durante sus actuaciones, volvió a moverse casi frenéticamente para acompañar muchos de sus temas, aunque también encontró el momento para distender el alboroto que su canto suscita.

A diferencia de otras presentaciones, sumó un ágil ballet en el comienzo de su show, a la vez que no sólo se dio el gusto de invitar a un cantante que llegó a grabar en su mismo sello, sino de invitar al escenario a Luciano Pereyra, con quien cantó un tema de Horacio Guarany.

Una hora después, y acompañada por un excelente grupo de músicos, comenzó a despedirse para poner fin al Encuentro de la Fe y la Historia 2009.

Se puso así fin a una edición que acotada por razones económicas -según hicieron notar sus organizadores-, dejó a una inmensa cantidad de intérpretes locales con las ganas de hacerse oír y despertar el aplauso del público. [...]

Fuente: El Civismo

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