La algarabía y un espíritu festivo se instalaron en el Estadio del Centro

Una noche inolvidable fue la que se vivió el sabado en el Puquial de San Vicente, donde miles de riojanos y turistas disfrutaron de una verdadera fiesta, de los artistas nacionales y locales.

Pasaron dos diás de la Chaya 2009, y con ellos, los inevitables encuentros que esta fiesta provoca año a año.

Un clima agradable, fue el marco propicio para esta celebración, que crece con el paso del tiempo.
Aunque la cantidad de personas que se congregaron en el Estadio del Centro fue menor, a diferencia de la primera noche, se incrementó paulatinamente, con el correr de las primeras horas de la madrugada.

Una grilla más que interesante, esperaba desarrollarse ante los miles de riojanos y turistas que se llegaron al Puquial de San Vicente, para vivir una de las fiestas más populares del país. [...]


Previa a la actuación de Soledad, el Ballet Sofía Galleguillo, desarrolló un colorido cuadro andino y carnavalesco, que fue muy aplaudido en la segunda noche chayera.

Posterior a la presentación de dicho ballet, el huracán de Arequito, arrasó en el Estadio del Centro. Aunque pareciera, una noticia de alerta meterológica, lo cierto es que por segundo año consecutivo, Soledad regresó a La Rioja para afianzar su romance chayero, y su compromiso con el público local.

La Sole, desarrolló un espectáculo de hora y media, donde no se privó de chayar con sus fans y cantar al unísono canciones como: La Vieja; Del tiempo de mi niñez; Tren del Cielo; Carnaval en La Rioja, entre otras.

Después de su presentación sobre el escenario mayor, Soledad ofreció una conferencia de prensa, en la que expresó su alegría por volver a este festival: “Es impresionante y emocionante ver desde el escenario, las miles de cabecitas blancas y nubes de harina por todos lados. Eso me regenera y me impulsa a jugar y disfrutar del show desde otra perpespectiva”. Acompañada de sus amigas, el huracán no produjo ningún daño, solo el simple hecho de haber instalado una nube de harina en el Puquial. [...]

Fuente: Nueva Rioja